Fuente: tuandco.com
El invierno implica frío, lluvia y heladas que pueden afectar gravemente nuestro huerto urbano. Para resguardarlo debes tener en cuenta:
Preparar la tierra:
Es el momento de nutrir la tierra, y para ello puedes utilizar compost (abono natural resultante de la acción de hongos y bacterias en restos vegetales), estiércol y abono verde (plantas con funciones fertilizantes muy beneficiosas). Estas opciones pueden resultar económicas además de ecológicas si tenemos el espacio y los recursos necesarios, pero en muchos casos son bastante complicadas de obtener. Si no quieres complicarte puedes utilizar abonos universales, tanto granulados como líquidos, o específicos para encontrar el que mejor se adapte a las necesidades de tus plantas.
Riego:
Si bien como norma general se deberá reducir la cantidad de riego, este dependerá de la temperatura y las precipitaciones de la zona en la que te encuentres. Es muy importante regar al mediodía, ya que a esta hora hay menos riesgo de heladas.
Protección contra el frío:
Para empezar, puedes asegurar las futuras cosechas protegiendo los semilleros y macetas en invernaderos, ya que así se evita que estén en contacto permanente con el frío, permitiendo que crezcan y se desarrollen mejor. Otra excelente opción es cubrir las plantas con mantos térmicos para protegerlas de los daños que causan las heladas.